Cap 1:

Querido Diario:
No sé si voy a poder escribirte más. Estoy demasiado... mal. Ahora mismo estoy llorando. No sé si sabrás por qué. Si no lo sabes, no pienso decirlo. No voy a pensar más en eso para poder superarlo. Si te lo dijera, me pondría a llorar y Sam vendría y lloraría también. Después vendrían Lore y Brian y también llorarían y luego vendría Rosita y no entendería nada e intentaría llamar a mamá... En fin. Algún día te lo contaré. Ahora voy a acostarme. Lore se queja que la luz no la deja dormir y además yo también me muero de sueño. Ha sido un día muy largo, así que adiós.

Christine cerró con fuerza la tapa de su diario. Ese día había sido el peor para los Anderson. Al menos para los hijos. En especial para Sam. Aunque pareciera rudo y fuerte, ese día lloró más que Brian y Lore juntos.
Chris se echó en su cama pero en toda la noche no pegó ojo. Porque pensaba en aquél día... Para qué aguantar más, se dijo. Se dirigió al cuarto de su madre y se echó en la cama. Aspiró todo el olor que podía mientras sollozaba con la cabeza contra la almohada. Ahora sí que estaban solos... y nadie los iba a recoger.
Mientras lloraba, se quedó dormida.